Este es el acceso por mar a la isla de Lobos es un espigón de piedra de unos sesenta metros de longitud, de donde parte el sendero que recorre Lobos, en el extremo sur del islote. Es la principal vía de entrada al Parque y en la que atracan los barcos que llevan a los visitantes desde Corralejo.
Esta playa recibe este nombre por su forma, ya que es una ensenada de pequeñas proporciones cubierta de arenas, a los pies de La Caldera, la principal elevación de Lobos. En este espacio, idóneo para el baño, hay un pequeño parque temático dedicado a la foca monje, especie de la que toma su nombre el islote
El sendero permite desviarnos para visitar las salinas de marrajo, situadas al final de la Playa de La Caleta. Se trata de salinas nuevas, con la peculiaridad de que no tiene construcciones anexas, sino solo los cocederos y los tajos, así como un pozo. Están bien conservadas y dotan de particular encanto a este rincón de la isla.
Justo antes de subir al faro, hay un saladar compuesto por pequeñas lagunas que se inundan periódicamente. La vegetación capaz de resistir el agua marina es muy interesante, con presencia de endemismos como la siempreviva de Lobos, exclusiva del islote, Además es un lugar privilegiado para la observación de ave, especialmente limícolas.
El faro de Martiño es la principal construcción de la isla, data de la segunda mitad del siglo XIX. Desempeña un importante papel en la seguridad de la navegación en el Estrecho de la Bocayna, entre las islas de Lanzarote y Fuerteventura, junto al faro de Pechiguera en la punta sur de Lanzarote y el del Cotillo, frente a este en el extremo norte de Fuerteventura.
En esta zona estuvieron las casas de piedra seca, cuyas ruinas son aún visibles, de los trabajadores portugueses que construyeron el faro de Martiño. Los caminos que hoy recorren la isla se realizaron con esta obra, que tardó cinco años por las dificultades de aprovisionamiento entre otras razones.
Este llano arenoso tiene una notable belleza. Lo vamos bordeando mientras caminamos hacia el Puertito. Las arenas dan un tono blanquecino dorado al paisaje, entre los túmulos y hornitos, con presencia de la vegetación típica de estas zonas costeras
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- Respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- Es más seguro llevar a tu mascota con correa.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).