Lo que no te puedes perder de Fuerteventura
Fuerteventura es la isla de mayor longitud de todo el archipiélago canario. Un litoral espectacular que dibuja una línea de costa infinita con playas de arena blanca y aguas turquesas muy características. Estas condiciones naturales privilegiadas hacen que sea prácticamente obligatorio visitar sus playas, calas y enclaves costeros. Aunque el interior de la isla esconde muchas sorpresas más que merece la pena descubrir.
Las Dunas de Corralejo
Las grandes playas del noreste de Fuerteventura tienen una escolta muy especial: el inmenso campo de dunas de Corralejo, una extensa superficie de montículos de arena que el viento va modelando incansablemente, creando nuevas formas de manera constante. Caminar descalzo por este arenal, sintiendo el roce de los minúsculos granos en la piel, es un ejercicio de lo más relajante que nos libera del estrés.
Islote de Lobos
Un paraíso de playas de ensueño intercaladas en el paisaje volcánico y la más absoluta tranquilidad a tan solo dos kilómetros de Fuerteventura. Un pequeño islote deshabitado que debe su nombre a la presencia en el pasado de una importante colonia de lobos marinos, y donde se han encontrado restos arqueológicos de un asentamiento estacional de los antiguos romanos. Pasar el día en este Parque Natural, hogar de varios endemismos y distintas especies de aves, es una experiencia difícil de olvidar.
Las Playas de Jandía
Una línea infinita, blanca por su arena y turquesa por el agua que la baña, se escapa a nuestra vista. Solo la imaginación vislumbra el final. Son las interminables playas de Sotavento, en la península de Jandía, que acogen las zonas de baño más famosas de la isla. Aquí hay sitio para todos: familias que buscan aguas seguras para los niños, parejas que encuentran refugios de intimidad, grupos de amigos que se divierten… Y también para quienes observan cómodamente, en primera fila mientras toman el sol, todo un espectáculo de velas de mil colores revolotear al ritmo del viento. Son los windsurfistas, que encuentran en estas playas un lugar excepcional para hacer lo que más les gusta: volar sobre las olas.
Cuevas de Ajuy
Al poner un pie en esta extraordinaria joya geológica de la costa de Fuerteventura retrocedemos 70 millones de años, a un punto en el tiempo incluso anterior a la propia formación de la isla para encontrarnos con las rocas más antiguas de las Islas Canarias. Fascinante ¿verdad? Pues hay más. Junto a las cuevas se encuentra el pequeño pueblo pesquero del mismo nombre, en el que podemos degustar un exquisito pescado fresco junto a la playa de arena volcánica.
Y como telón de fondo, el más bello atardecer.
Betancuria
Las calles de la más antigua capital establecida en las Islas Canarias son pura historia. Adoquinados, iglesias y ermitas, un antiguo convento, la plaza… conforman un rico patrimonio cultural y artístico que la han hecho merecedora de su declaración como Conjunto Histórico. También cuenta con interesantes museos como el de arte sacro o el arqueológico. Una visita muy enriquecedora a esta tranquila villa, fundada en 1404 por el conquistador normando Jean de Bethencourt, que nos conecta con su esplendoroso pasado colonial.
Montaña de Tindaya
En cuanto asoma ante nuestros ojos entendemos por qué los antiguos pobladores de la isla, los majos, la consideraban mágica, convirtiéndola en un lugar sagrado y de culto. En ella dejaron un valioso legado que se ha conservado hasta nuestros días: grabaron en la piedra huellas de pies que miran a poniente. Monumental, hermosa, especial… y cuando la luz del amanecer o del ocaso proyecta sobre ella sus colores es de lo más inspiradora. Pero, sobre todo, sigue siendo mágica.
Cofete
En la península de Jandía, en la zona de barlovento, encontramos uno de los tesoros naturales de Fuerteventura. La carretera que llega hasta esta playa virgen, donde el océano frecuentemente bate con fuerza, se encuentra sin asfaltar, por lo que el trayecto a través de la pista de tierra de unos 10 kilómetros puede resultar algo incómodo, pero sin duda vale la pena. Al llegar a una de las últimas curvas, antes del descenso, un paisaje salvaje, estremecedor, se abre a nuestros pies: 14 kilómetros de fina arena y olas, flanqueada por las montañas de Jandía, las más altas de la isla, en cuyas faldas descubrimos una sorpresa: la misteriosa Casa Winter, una extraña mansión protagonista de episodios aún sin confirmar que la sitúan como refugio y centro de operaciones de los nazis durante la II Guerra Mundial. Leyenda o no, lo cierto es que Cofete es de esos entornos donde la palabra «libertad» cobra todo su sentido.
El Cotillo
Es uno de los lugares más visitados de la isla por sus maravillosas playas, como la de La Concha, y su excelente gastronomía. Sus aguas tranquilas, gracias al abrigo que le proporciona un arrecife volcánico, la convierten en la preferida de las familias. Y tras una relajante jornada de sol y baños en estas aguas cristalinas, nada mejor que disfrutar del hermoso atardecer mientras saboreamos exquisitos productos frescos de la gastronomía majorera, como los pescados, acompañados por los famosos quesos de la isla. Un auténtico placer difícil de superar.
